La semana pasó muy rápido, entre las
horas que me pasaba en la universidad estudiando y en clase no tenía tiempo
para nada, cada vez que salía de allí o me acostaba miraba el móvil y veía
alguna llama que otra de Sam, pero al tenerlo en silencio nunca me daba cuenta
de cuando llamaba, por lo que había estado más de una semana sin saber de él.
Pensé en seguir estudiando ya que me esperaban dos semanas más, hasta finales
de Enero, muy duras; pero sonó el teléfono era Paloma, qué quería.
- ¿Tienes plan para esta noche?- me
dijo con una voz extraña.
- Tenía una cita con Italiano, ¿por
qué?-
- Cancela esa cita y salimos a bailar
esta noche, necesitamos despejarnos un poco, la última fiesta antes de
centrarnos por completo en los exámenes qué dices, ¿te apuntas?-
Para que
engañarnos, la proposición eran muy atractiva.
- Te recogemos a las doce y media en
la puerta de tu casa- antes de que pusiera articular palabra alguna Paloma ya
había colgado el teléfono. Pensé que no pasaría nada por salir una noche si
después iba a estar dos semana reclusa en casa estudiando. Mire el reloj y tan
solo tenía 2 horas para duchar y lo mas importante, decidir que ponerme. Cogí la
toalla y los champús rápidamente, salí de mi habitación, Carlos se aproximaba
hacía el baño, fue una carrera para adelantarlo e impedir que entrara antes que
yo.
-Lo siento Charly, pero he quedado con
Paloma- y cerré la puerta de un portazo.
Me desnude rápidamente y me metí en la
ducha, me encantaba ducharme con el agua muy caliente. En menos de 15 minutos
estaba fuera. Me dirigí hacía mi habitación, abrí la maleta y cogí un conjunto
de culote y sujetador de raso color esmeralda con algunos volantes de encaje
que había comprado de París y aún no había tenido oportunidad de estrenarlo, y
que mejor ocasión que aquella. Después abrí el armario y busqué algo que me
pudiera poner aquella noche, que no fuera muy provocativo pero tampoco
demasiado conservador. Cogí unos vaqueros ajustados, una camisa blanca que
dejaba al descubierto mi espalda, un blazer turquesa y unos taconazos, la mejor
combinación; informal pero arreglada, solté una carcajada para mi. Parecía que
era la primera vez que salía por allí, pero no era así, de todos modos tenia
esa sensación, de ser la primera vez que iba a ser algo y de eso iba a salir
muy bien, tenia la impresión que la noche iba a prometer. Me pasé la plancha en
el pelo, me maquille con los ojos en un ahumado negro y me puse unas perlas de
pendientes. Preparando el bolso, miraba a todos lados en la habitación para ver
si se me olvidaba algo, metí la cámara, el pintalabios y el lápiz de ojos negro
y la cartera con el D.N.I.
-Creo que está todo- dije en voz alta,
mientras cogía la chaqueta y salía de la habitación. Me dirigí al salón dónde
los demás esperaban a algunos amigos para salir, Carlos y Sergio me miraban.
-¡Qué guapa!- dijo Carlos.
- Esta noche ligas rubita- continuó
Sergio mientras ambos se reían.
- No seáis tontos, tengo pareja- dije
en un tono irónico levantando la cabeza mientras los tres nos reíamos.
- ¿Con quién sales está noche?-
preguntó Sergio mientras Carlos pasaba de canal intentando localizar algún
canal donde estuvieran retransmitiendo algún partido de tenis.
- Con Paloma, la chica que está en mi
clase-
- Ah sí, ya sé quien es.- me respondió
sonriendo - ¿A dónde vais?- me insistía.
- No lo sé, no me ha dicho nada, me
llamó y me preguntó si tenía algún plan para esta noche, al decirle que no me
dijo que me recogería a las 00.30 aquí, pero son casi las una y aún no hay
rastro de ella- en cuanto termine de decir aquella frase, sonó el porterillo.
Me asomé a la ventana.
-Vamos Dan, baja de una vez- me dijo
agitando las manos.
-Cojo la chaqueta y bajo enseguida- le
dije retirándome de la ventana.
-No os portéis mal, ni bebáis mucho si
salís esta noche, chicos- les dije saliendo del salón.
-Tranquila, somos unos chicos light y
responsables- me dijeron desde allí.
-Claro, eso tendría que verlo- les
dije abriendo la puerta –Adiós-
Me apresuré en bajar las escaleras, abrí
la puerta del bloque y allí estaba Pal, junto a ella 4 chicos y una chica.
- Hola
¿vamos?- les dije mientras me colgaba el bolso.
- ¡Qué
guapa Dan!- me decía Paloma mientras me cogía del brazo para presentarme a el
resto de las personas con las que pasaríamos la noche – - Ella es Vanessa, una
estudiante italiana de intercambio- sonreíamos mientras nos dabamos dos besos.
- Y
ellos son los cuatro fántasticos- decía riéndose mientras uno de los chicos le
daba un golpe en el hombro. – Estos son Alex, Hugo, Migue y Carlos – todos y
cada uno de ellos esbozaron una sonrisa en señal de saludo.
Eran
muy guapos, Paloma siempre se relacionaba con gente guapa, no sé porque me
sorprendía. Hay algo que me llamo mucho la atención sobre cada uno de ellos;
tenían los cuatro los ojos azules, en distintos tonos pero de un azul intenso
que te atraían hacia ellos.
-Bueno,
comencemos la noche- dijo Paloma mientras nos metíamos en varios coches, yo fui
en el coche con Alex, Hugo y Migue, y Paloma, Vanessa y Carlos en el otro.
-
¿Dónde vamos?- le pregunte a Hugo que era el que conducía.
- Vamos
a tomar algo a algún bar y después iremos a alguna discoteca. ¿qué te parece el
plan? –
- Muy
buena idea – le dije mirándolo y sonriendo.
Mientras
Alex y Migue hablaban animadamente atrás.
15
minutos más tarde llegamos a nuestro destino, un moderno bar de copas, lo que
más me llamo la atención del interior fue la Harley Davidson que se encontraba
a la derecha nada más entrar y la cantidad de guitarras eléctricas y bajos que
había colgados en la pared. Nosotros
llegamos primero por lo que fuimos a coger una mesa donde nos pudiéramos sentar
todos; cogimos una al fondo, pero aún así tuvimos que juntar otra mesa más.
- ¡Qué
rápido habéis llegado! Si es que Hugo cuando quiere llega muy rápido a los
sitios – dijo Paloma mientras se acercaba y le daba un beso en la mejilla.
-
¿Queréis algo de beber? – Dijo Hugo.
-
¡¡Síí!! – respondieron todos al unísono.
- Está
bien, voy a pedir la bebida. ¿Dan me acompañas?-
-
¡Claro!- Me levanté y lo seguí. Nada más llegar a la barra saludó al chico que
había, se notaba que frecuentaba el bar. El chico era muy atractivo, moreno de
ojos verdes aceituna y fuerte, se podía apreciar por encima de aquella camiseta
de los Red Hot Chili Peppers que tenía un cuerpo marcado.
- Dan,
esté es Rubén- Me acerque y le di dos besos, el hizo lo mismo.
-
Tienes que traerme más por aquí a bellezones como ella, que de esta forma
seguro que hago lleno completo- dijo mirándome mientras nos servía los
refrescos. Mientras yo empecé a reírme.
Hugo y
yo cogimos los refrescos y los llevamos a la mesa. Pasamos unas horas amenas
hablando sobre todo; amistad, estudios, amor y sexo entre otros. A las 2
salimos de aquel bar y nos dirigimos a la discoteca. Era tarde por lo que ya
había mucha gente, pero aún así pudimos entrar el hermano de Alex era rr.pp.
(relaciones publicas) de aquella discoteca y nos puso en su lista para poder
entrar sin pagar. Dejamos los abrigo y las chaquetas en el guarda ropa y
salimos a la pista a bailar, Vanessa y los chicos se quedaron allí, mientras
Paloma y yo fuimos al a barra a por unas copas.
Un chico muy guapo, atractivo y sexy
se acercó a nosotros, sus labios carnosos y sus impresionantes ojos negros
destacaban en su cara. Era de igual forma un chico elegante, vestido con una
camisa azul, y unos vaqueros oscuros que resaltaban su figura.
- Hola chicas ¿qué queréis de beber?-
dijo el chico
- Dos ron con cola- respondió Paloma.
El chico saco dos vasos, les puso hielo y le echo el alcohol. Miguel se le
acercó por detrás a Paloma, la cogió de la cintura y se la llevó a bailar, se
notaban que había algo entre ellos que aún
no me había contado.
- Aquí tienes- dijo el camarero.
- Gracias – le respondí con una
sonrisa. Mientras echaba al coca – cola en mi vaso, él echaba una bolsa de
hielo a la cubitera, me miraba continuamente como intentado averiguar algo.
- Me llamo Álvaro ¿y tú? –
- Soy Danielle, pero me dicen Dan-
Estuvimos hablando un largo rato, tanto que el hielo de Paloma se derritió en
el vaso.
- Oye, podríamos quedar un día fuera
de aquí para tomar algo, qué te parece- Esboce una leve sonrisa.
- Me encantaría. No conozco mucha
gente aquí y estaría bien conocer a alguien más-
- En media hora termino mi turno, qué
tal si bailamos un rato-
- Allí te espero- Álvaro se dio prisa
en acabar lo que estaba habiendo lo más pronto posible. Me fui y le lleve el
refresco de Paloma. Empecé a bailar con Vanessa, pocos minutos después alguien
me cogió por la cintura, me pegó a él y comenzó a moverse, yo le seguí. Álvaro
me dio la vuelta y metió una de sus piernas entre mis piernas, me agarró de
nuevo por la cintura y seguimos bailando. Pasamos toda la noche bailando y
compartiendo confidencias al oído. Álvaro era muy fogoso y pasional, aunque lo
disimulara bajo esa faceta de niño rico. Eran ya las 5.30 cuando salimos de la
discoteca.
- Sí, pero llamaré a un taxi. – La
gente con la que había venido se había ido, o mejor dicho yo me había quedado.
Me lo estaba pasando tan bien aquella noche que quise aprovechar al máximo
antes de encerrarme por completo en casa a estudiar.
- Para nada, te llevo yo. Espera aquí,
enseguida vengo-
No pasaron más de dos minutos cuando
un coche negro muy elegante con los cristales traseros tintados apareció.
- ¿Te montas o eres de las que no se
montan en un coche con el chicos que conocen de una noche?- dijo bromeando.
- ¡Qué tonto!- le dije dándole un
golpe en el brazo. Le indiqué la dirección y me llevó a casa. Estaba
amaneciendo cuando llegamos al portal de casa, él se bajo del coche y me
acompaño a la puerta.
- Bueno, pues esta es mi casa-
- ¿Cuántos vivís en el piso?- pregunto
Álvaro mientras se dejaba caer en la pared y ponía un pie sobre ella.
- Conmigo somos 4, 2 chicos y 1 chica-
le decía mientras me colocaba frente a él.
- Así que un piso mixto, seguro que
tus compañeros estarán encantados.- Comencé a reírme.
- Me voy, es tarde y mañana, bueno en
realidad hoy, quiero seguir estudiando.- Se acerco y me dio un beso provocador,
tierno e insinuante en la comisura de los labios.
- Buenas noches- le dije mientras
abría la puerta del portal.
- Que descanses dormilona- Respondió
desde el coche esperando a que entrara.
Llegué arriba, entre en el piso
intentando no hacer ruido y me metí en mi habitación. Me desmaquillé y desvestí.
Dejé el bolso en el salón con el móvil dentro. A las 15.00 me levanté, salí de
la habitación con el pelo alborotado y en pijama, se podía oler la famosa y
riquísima pasta de Carlos.
- Buenos días Bella Durmiente- me dijo
violeta desde el sofá.
- Mírala, tiene un sueño que no puede
ni con su cuerpo- se reía Sergio
- Las tres de la tarde Dan- respondió
Violeta - ¿A qué hora llegaste anoche? Y lo más importante, ¿quién te trajo?,
porque Paloma ha llamado esta mañana preguntando si habías llegado-
- Me trajo Álvaro, un camarero de la
discoteca a la que fuimos anoche-
- Por cierto, esta mañana te ha
llamado Sam, lo que cogido y parecía un poco mosqueado cuando oyó mi voz, dijo
que te volvería a llamar- me dijo Carlos.
Cogí el móvil y lo llamé, Violeta se
acercó a mi y pegó la oreja a mi teléfono para escuchar la conversación.
- Hola Dan, ¿qué tal estás?-
- Hola, bien, me ha dicho Carlos que
habías llamado-
- Sí, es normal que llamé y quiera
hablar contigo después sin saber de ti una semana- decía Sam asqueado.
- Lo siento, estaba durmiendo y anoche
cuando llegue me dejé el teléfono en el bolso, así que lo cogió él- empecé a
mosquearme, no se porque se enfadaba, la que debería de estar enfada era yo,
una desconocida respondió a mi llamada nada más irme de Córdoba.
- Samuel cariño, la comida está en la
mesa- se oyó otra vez la voz de aquella mujer desde el teléfono de Sam. – Oye
tengo que colgar, hablamos en otro momento-
- Es mi hermana, te llamo luego-No me
dio tiempo a pronunciar palabra cuando él ya había colgado el teléfono. Me
quedé en blanco, mirando mi móvil y pensando quién era aquella mujer, ya había
escuchado su voz dos veces, y una de ellas respondió a su teléfono personal. Confiaba
en él desde el principio, pero aquella vez no me fiaba.
Aquella tarde me la pasé encerrada en
la habitación, intentando estudiar, pero no hacia más que darle vueltas a la
voz de aquella mujer. Quizá me estuviera comiendo demasiado la cabeza por nada,
no conocía a su familia, posiblemente fuera su hermana o su madre, y yo le
estaría dando vuelta a un tema sin razón alguna.