5 de junio de 2012

Adiós Madrid


El resto de los meses hasta junio pasaron muy rápido y sin cambio alguno. Al día siguiente de conocer a Aless antes de ir a la Universidad me dirigí a un tienda de teléfonos y di de baja mi numero. Compre uno nuevo y le mandé un SMS a todos mis amigos diciéndoles que este era mi nuevo numero que lo apuntaran y que por favor no se lo dieran a Sam.

Como dije el resto de los meses pasaron muy rápido, mi cumpleaños lo pase en el piso, mis chicos me organizaron una pequeña fiesta que termino en el reservado de una de las discotecas más famosas de Madrid. La mayoría de los día en Semana Santa los pase en Sevilla con Alex, ya que a las dos nos encantaba ese mundo y nos apasionaba ver como el caballo de “Tres caídas” entraba en la Calle Sierpes cada madrugá.

Mi amistad con Alessandro fue creciendo y la complicidad era cada vez mayor. Todos los días quedábamos a la misma hora en la Cafetería de la Universidad para contarnos que tal nos había ido el día. Y quedábamos también fuera del Campus para salir de fiesta o simplemente para salir a cenar. Él se quedaba en mi piso muchas veces a dormir y yo en su casa, muchos llegaron a decir que éramos pareja, pero eso por el momento no iba a pasar. Yo estaba disfrutando de mi soltería y él quería disfrutar al máximo su estancia en España. Pero me entraba una sensación rara, que no sabría como describir, cada vez que insinuaban que éramos pareja.

Con Junio, como de costumbre, llegaron los exámenes del semestre final. Era la primera vez que me enfrentaba a ellos, al igual que los de Febrero, y esperaba no suspender ninguno. No quería estar todo el verano estudiando lingüística o Italiano. Aunque si me quedaba, tendría mi profesor particular, y quién mejor que un italiano nativo. No era mala la idea la verdad, pero el volvería a Italia y yo a Córdoba. Y no creo que le hiciera mucha gracia estar 3 meses más sin ver a su familia solo porque yo le pidiera ayuda. Y por otro lado, a mi no me hacia ni pizca de gracia pasarme el verano en Madrid sin pisar la playa.

Hice los exámenes lo mejor que pude, y a principios de Julio supe que no había suspendido ninguna, eso me alegro, ya que estaría libre todo el verano para viajar donde quisiera.

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