Una
sinfonía de piano, dulce, tranquila y melodiosa sonaba a lo lejos. Eran las
7.00 y aún tenía que ultimar las cosas que me quedaban antes de salir, antes de
coger el tren de las 12.00 que me llevaría a Madrid. Me faltaban ganas después
de estos magníficos días viendo continuamente a Sam. Los días hasta volver a
vernos se me iban a hacer eternos. Me giré para darle un beso de buenos días,
pero me quedé con las ganas, en su almohada había una nota que decía:
“Amor mío, es Lunes y después de Navidad hay
mucho trabajo. Me ido antes de que despertases porque ver como te ibas me
partiría en dos, aunque ya lo ha hecho ver la maleta preparada, significa
largos e interminables días sin ti, pero en mi cabeza estarás conmigo a todas
horas y cada minuto del día. Llámame cuando llegues, estudia mucho y no vayas a
muchas fiestas en la capital sin mi. Miles de besos y 2 palabras que lo dicen
todo, TE AMO. “
Vaya…
se había ido antes de que me hubiera podido despedir de él, así se hacia mas
dura la ida. Estaba sola en casa así que me puse a recoger lo poco que me
quedaba ya y a dejarles a mis padres una nota; odiaba eso de las notas dejando
algún mensaje.
Me vestí. Me enfundé unos vaqueros, una camisa a cuadros y
un jersey rojo, con unos botines de ante de igual color, bajé a desayunar,
aunque no tenia muchas ganas, me hice un zumo de naranja y unas tostadas con
fuagrás. Cuando terminé eran las 11, tenia literalmente una hora para bajar al
Vial y coger el tren. Llamé al estudio de mi primo para ver si podía acercarme
a la estación, ya que era una total y completa tontería bajar en coche para
dejarlo allí casi 1 mes. En cuestión de minutos Marcos, mi primo, estaba
ayudándome a meter la maleta en el coche, cerré la puerta lentamente esperando
que algo o alguien me retuviera allí, pero solo era un simple deseo en mi
cabeza. Llegamos a la estación y Marcos se quedó conmigo hasta verme bajar
aquellas escaleras que me llevarían a largos días de estudio en Madrid. Entré
en el tren, me senté y en cuanto se cerraron las puertas de éste puse la música
a todo volumen. Cerre los ojos y me sumergí en mi misma, en mis pensamientos,
mis recuerdo; sin darme cuenta de lo que pasaba a mi alrededor.
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