Aun recuerdo aquellas lagrimas que casi se me saltaron cuando me gire y vi la torre Eiffel, ¿como había podido encontrar este pequeño apartamento? Seguro que le habría costado una gran fortuna.
-esta vista también la tienes desde la habitación- me dijo mientras tiraba de mi pierna para que fuera hacia donde estaba sentado.
-Es maravilloso amor- respondí mientras reía.
-¿Qué se esconde bajo tu sonrisa?- me dijo clavando esa intensa miraba en mi boca.
Me hice la interesante un momento - Sólo tu sabes que se esconde bajo mi sonrisa- le respondí con misterio.
Una leve sonrisa se dibujo un su cara y continuo diciendo - sigueme hay algo que aun no has visto y quiero enseñarte-.
Me cogió la mano, no me dio tiempo a pronunciar una palabra cuando nos encontrábamos frente a las puertas que había en el pasillo y que anteriormente supuse que serian un armario.
-Espera ya se lo que toca, ¿te vas a meteter en el armario y vas a salir de el?- dije entre carcajadas.
-No para nada, te va a gustar mucho mas que eso- respondió.
Como si me gustara que mi novio saliera del armario...
Abre las puertas me dijo. Me puse frente a ellas, tome fuertemente los pomos de ambas y las empuje, a la misma vez que estas se abrían se encendía una luz, y en efecto estaba en lo cierto era un armario, pero pedazo de armario. Se puso frente a mi y me explico que a la derecha estaría mi vestidor y a la izquierda el suyo.
-abrelo- dijo.
Abrí la puerta y dentro de el había ropa increíble, prendas que nunca pensé llegar a ponerme. Cogí los primeros pantalones que tenia a mano, poco antes había objetado que toda aquella ropa era para mi, podía utilizar la que quisiera y llevarme la que quisiera. No tenia ni idea de como podía saber mi talla y gustos.
-no se para que me he traído una maleta, sino para hacer el papel de turista- le dije. El se hecho a reír y continuo diciendo -Abre la puerta de al lado-. Al abriría se encendió un pequeño foco del techo que permitía ver lo que se escondía tras aquella puerta, el lugar se distribuía en pequeñas puertas, me dispuse a abrir la de arriba, dentro se encontraban pequeños bolsos de fiesta, mochilas de piel, y mas bolsos de marca. En las puertas de abajo se encontraba algo que era mi punto débil, los zapatos, una gran cantidad de zapatos. Justo al lado se encontraban unos cajones que contenían joyas, pendientes, collares, pulseras, anillos y todo tipo de complementes que pidieses imaginar, incluso complementos para el pelo.
Sam me dejo sola allí dentro, y unos minutos después entro diciendo -Vamos, rápido vistete vamos a comer-.
Enseguida me enfunde unos pantalones color beige, una camisa y un jersey marrón, con unas botas mosqueteras de piel color marrón. Cogí uno de los abrigos del inmenso vestidor, y un bolso de Prada que había en el mismo lugar.
Me dirigí al salón, -ya estoy, ¿donde vamos?- le pregunte.
-he reservado mesa en un restaurante- me dijo.
Sam cogió su abrigo, y nos dispusimos a entrar en el ascensor, una vez dentro pulso el botón de -1, ¿el sótano, que habría allí?. Al salir del ascensor había una gran cantidad de coches de gama alta, audis, Mercedes,etc. Pero no se dirigía a ninguno de ellos, si no quenas dirigío a un precioso deportivo y azul metalizado Porsche carrera.
Allá vamos Paris..
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