9 de marzo de 2011

12. 27 Diciembre (II) --

Esta vez no cogí ni el ascensor, baje corriendo las escaleras y de un salto me plante fuera, allí esta el, esperandome apoyado en el coche; me abalance y comencé a besarlo y a darle la gracias por todo lo que estaba haciendo por mi.
Se dibujo una sonrisa en su cara, y seguidamente nos montamos en el coche.

Era las 12.30 cuando llegamos a una de las orillas del Sena, aparcó y nos montamos en uno de los batomouxe para pasear por el famoso río parisino, el barco recorrió los lugares mas famosos que se podían ver desde allí.

Comimos en el barco, y por la tarde visitamos la famosa catedral, subimos las casi 700 escaleras de Notre Dame, en los mas alto se encontraba una gran campana, la historia contaba que la había tocado el famoso personaje de Disney, Quasimodo.

Por la tarde, tomamos cafe en un bar contiguo a la catedral, y allí tuvo lugar la escena mas graciosa de todo el viaje; al llegar el camarero se acerco para tomarnos nota, mientras cantaba una canción poniendo caras graciosas, los minutos pasaban mientras conversábamos, de repente se oyó un grito, en la mesa de al lado había una señora saltando y pegando voces, al mirar al suelo pudimos ver un pequeño ratoncito correr por el lugar, mientras dos camareros lo seguían con un recogedor para intentar cazarlo.
Al salir del recinto comentábamos lo sucedido entre risas, para volver cogimos el metro, entre la multitud de gente y en un despiste me separe de la mano de Sam y me metí en un lugar equivocado, me pare a esperarlo y ví que estaba al otro lado, no podía volver para atrás porque las puertas solo se abrían para pasar, cogí fuerza y me subí a una zona de metal para saltar la  barrera de plástico que nos separaba.

Volvimos a casa, nos duchamos y vestimos, estaba ansiosa por ponerme el vestido y todo lo que había comprado para mi, para estar radiante esa noche, Sam me dejo el vestidor y el se vistió en el dormitorio, tras salir del baño ya maquillada y peinada con un recogido rizado al lado y algunos mechones sueltos que resaltaban mis ojos verdes, me puse una medias oscuras y tras ellas el vestido caía sobre mi cuerpo encajando perfectamente en él, me puse la pulsera y la gargantilla, y poco después los pendientes que resaltaban aun mas mis ilusionados ojos, por ultimo me puse los zapatos, cogí el bolso y salí al salón, Sam se encontraba perfectamente vestido con traje de chaqueta negro y unos gemelos color Esmeralda a juego con mis pendientes.

-Estas preciosa mi vida- dijo mientras se acercaba y me besaba. -Vamos, hay un taxi abajo esperandonos-.

Cogí un chal color negro y me lo coloque sobre los hombros. Subimos al taxi y nos llevo hasta "AVENUE GUSTAVO EIFFEL". Al llegar allí la luz de la torre Eiffel iluminaba el lugar, subimos hasta la segunda planta y allí el restaurante llamado "Jules Verne", y es que cenar con las luces de Paris a nuestros pies junto a esa persona tan especial, es la experiencia mas romántica que se puede vivir.

Pasamos una velada amena y la mas romántica que en estos 18 años había tenido.

Al salir cogimos el coche que por la mañana había dejado aparcado junto a la orilla del Sena, volvimos a casa y la pasión se apodero de nosotros, cada rincón era testigo del amor.

Por el pasillo se encontraban las distintas prendas de Sam, yo aun conservaba el vestido, aunque al llegar a la habitación bajo la cremallera, dejando al descubierto mis contorneados pechos y curveada figura, Sam me tomo fuertemente apretandome contra su sobresalientes pectorales, me dejo suavemente sobre la cama y se coloco sobre mi, comenzó a besarme y recorrer mi cuerpo con su suaves y calientes manos.

 La luz de la luna y de las estrellas hacían aquella noche tan mágica y especial.

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