11 de enero de 2011

4.Confesiones--

Tras conversar los dos con mi madre, subí la maleta a mi cuarto, pesaba mucho y tenía que subir las escaleras, así que me dispuse a ello, pero inesperadamente, Sam cogió mi maleta y la subió con gran facilidad, parecía que no llevara nada en su interior, se adelanto a mis pasos y cuando llegue la habitación la maleta estaba colocada encima de la cama y él había tomado asiento en un sillón que hay junto a la ventana. Mientras yo deshacía el equipaje hablábamos, e intentábamos ponernos al día de todo lo ocurrido desde mi ida.

Empezó interesándose por las clases, como me iba, si había hecho amigos, si estaba muy agobiada, y yo con una amplia sonrisa, los ojos brillosos y con voz de entusiasmo le respondí a todas y cada una de sus preguntas, el escuchaba atentamente y no dijo una palabra mientras le relataba cómo había sido mi  vida desde que estoy en Madrid. 

Minutos después la maleta estaba vacía y guardada, y yo estaba sentada en la cama frente a él, y me encare a hacerle la pregunta que daba vueltas en mi cabeza desde que había pisado mi tierra.
-¿Por qué?- le pregunte
-¿Por qué, que? No sé a qué te refieres- me contesto.
-No te hagas el tonto, sabes muy bien a que me refiero... ¿por qué has reunido a todos mis amigos para darme una sorpresa?- le dije
A lo que él respondió -Sencillo, la última vez que estuve contigo en Madrid me dijiste que los echabas muchísimo de menos-
Pero no me lo creí, -no creo que te hallas tomado tanta molestia en reuníamos a todos solo para sacarme una sonrisa-. Tenía que haber algo mas detrás de todo esto, algo que no quería confesarme, pero yo estaba dispuesta a llegar al fondo de todo.
-Pues no, no lo hice solo por verte sonreír- repuso.
Repentinamente se levanto y me cogió por los hombros, lo que hizo que también me pusiera en pie. En un momento me encontraba frente a él, mirando esos tremendos ojos color miel, a los que si tardaba unos segundos más en decirme algo no podría resistirme a besarlo...
-No, no lo hice solo por sacarte una sonrisa, para eso no me hace falta reunir a toda la gente que quieres, si que...-
Sus manos bajaron hacia mi cintura y empezó a hacerme cosquillas, no pude resistirlo y me tire a la cama en un intento de escapar de sus manos, pero él me siguió y en cuestión de milésimas de segundo estaba junto a mi tumbado en la cama y mirando fijamente. Con suavidad me retiro un mechón de pelo que había quedado en mi cara, y tras unos minutos de silencio y miradas cómplices dijo, - lo hice porque te quiero-. Mis ojos se abrieron asombrados, y podía sentir en mi estomago un cosquilleo que subía hacia mi garganta, impidiéndome así pronunciar palabra, el continuó hablando.
-No me preguntes como ni porque, no tengo respuesta para ello, solo sé que empecé a sentir algo mas fuerte por ti cuando te fuiste, y cada vez que iba a verte lo que sentía se confirmaba-.
Se levanto nervioso de la cama y yo a la misma vez me senté en la cama, se sentó de nuevo en el sillón con la mano entre las manos, -¿ese silencio, es bueno o malo? No sé cómo interpretarlo, vamos dime algo...- dijo
-La verdad, me sorprende todo lo que me has dicho- le respondí, mientras él me miraba fijamente y esperaba un respuesta, no le dije nada mas solo actúe como me pedía mi corazón, y me pedía locamente besarlo, me acerque un poco más a él, y un tímido beso comenzó el intercambio se sentimientos que segundos después de desencadenarían entre los dos, poco después nos separamos y esbozamos a la vez un sonrisa de amor y esperanza. 
Y desde este momento todo lo que vino después fue fruto de los sentimientos que ambos teníamos, a la vez desde aquí empezamos una relación que estuvo llena de sorpresas, en el buen sentido, es decir, sorpresas que preparan cuando estas enamorada, pero no todas las sorpresas me las llevaría yo..

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