10 de enero de 2011

2. Vuelta a casa--

 Llego el día de dejar la capital y dirigirme a mi ciudad, donde pasaría todas las fiestas, o al menos eso creía. Salí temprano de el pido donde vivía, y me dirigí hacia la famosa estación de Atocha, por megafonía se podía escuchar las llegadas y salidas de los trenes que se dirigían hacia distintos puntos del país. Me dirigí al tren que me llevaría a casa, poco después de acomodarme junto a la ventana, las puertas se cerraban y el tren comenzaba a dar los primeros pasos, junto a ellos afloraban los nervios; los últimos pasajeros buscaban un asiento libre entre los pocos que quedaban. Me quede mirando fijamente a través del ventanal, el paisaje pasaba tan rápido que no me daba tiempo a apreciar lo que había en el... 
 

 Tras unos minutos reaccione y saque de mi bolso el pequeño Macbook air que me habían regalado mis tíos antes de empezar las clases; lo encendí y me dispuse a terminar algunos proyectos que tenía que presentar a la vuelta, puesto que también tendría que estudiar durante la navidad, no era así como la recordaba; nadie de mi familia sabia que volvía, ni amigos, padres, tíos, primos... NADIE, bueno, tan solo una persona Sam, pero era imposible que dijera nada, no conoce a mis padres, pero no se había olvidado por completo que desde que lo conocí se había convertido en uno de los mejores amigos de mi primo, pero depositaba una gran confianza en él, pero una parte de mi esperaba que no dijera nada, una mínima parte...
 
Con respecto a Sam, creo que estaba enamorada de él, aun que no sabía si ese amor era correspondido o tan solo lo nuestro era una simple amistad, ya que nos separaba una gran diferencia de edad, para ser exactos 11 años, y aun que muchos dicen que el amor no tiene edad, otros pueden pensar que la relación entre un hombre de 29 años y una adolescente de 18, no puede ser posible; el tiene una vida hecha y un trabajo del que ocuparse, y yo una vida entera por recorrer...
 
Iba llegando la hora, mas aun ya podía divisar el mar a lo lejos, señal de que en unos minutos estaría en casa. El tren disminuía notablemente su velocidad, hasta quedarse parado por completo, minutos antes había guardado el Mac, y ahora me disponía a coger el equipaje y bajar del tren, una vez fuera y tras haber cruzado la puerta, inspire hondo, ya podía sentir ese olor a agua salada... Y tras pararme unos segundos, comencé a subir las escaleras mecánicas que me llevarían hacia casa...
Pero al mirar hacia arriba observaba a un chico sonriendo, la lejanía me impedía ver bien quién era, pero... No cabía duda era él, era Sam, pero que podía estar haciendo él aquí, el corazón latía más rápido conforme iba llegando a arriba... Pero, increíble, donde se ha podido meter este hombre. Al llegar a arriba había desaparecido, ¿eran ilusiones mías?
No me dio tiempo a moverme tan solo un milímetro cuando alguien por detrás me abrazo y acto seguido me tapo los ojos con sus manos suaves y cálidas, no podía adivinar quién era, hizo un movimiento para ponerme en la posición que quería, y cuando deslizo su manos hacia mis hombros, lo pude ver por fin.... Vestía un jersey gris con botones, era largo así que le quedaba por debajo de la cintura, incluso por debajo del culo; debajo se podía apreciar una camiseta blanca, básica de manga corta; unos vaqueros oscuros y algo desgastados por los lados, y unas zapatillas de deporte blancas con algunos detalles en gris. Me miraba fijamente con unos ojos dulces, una amplia sonrisa, dejaba mostrar esos dientes de color blanco porcelana... Pero aun no comprendía mucho, si él estaba justo delante, quien era la persona que había detrás... Me  giré rápidamente y al ver a esa persona, miles de lagrimas brotaron de mis ojos y comenzaron a recorrer mi rostro... No podía creerlo...

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