Sam miraba por la ventanilla, mientras yo leía el catalogo del avión, ¿Quien compraría un bolso en un avión de 3.850€? Una barbaridad...
Sam-
Dime cariño- dijo mientras me cogía la mano.
Como conseguiste aquel lugar, donde lo encontraste?-
Lo compre hace unos años- respondió.
Me quede anonadada, y lo decía así sin mas, y tan tranquilo se quedo.
Cariño hay algo que no sabes y que quiero contarte- me dijo mientras me acariciaba la mano.- Imagino que sabrás cual es la cadena Grazzia ¿No?.
Sí, la cadena de restaurantes, hoteles y discotecas, si, ¿Qué pasa con ella?-
Soy el dueño-
¿Cómo que el dueño? Y se queda tan tranquilo diciendolo, no lo podría haber dicho con un poquito de mas tacto, pero no, hay de sopetón.
Me quieres decir que...-
¿Tengo muchísimo dinero?, sí, algo por el estilo.-
¿Imbécil crees que me interesa el dinero?... ¡¡Hombres!!
No, ¡¡es una de las cadenas mas importantes de la comarca y la provincia!!, tienes un imperio de la hostelería...-
Si lo quieres decir así- dijo cabizbajo- ¿Sabes? No quería decirte nada, estoy metido en el mundo de la noche y muchas chicas se te acercan por el dinero, se que debería habertelo dicho antes, pero no encontraba el momento para hacerlo; pero tu eres todo lo que he estado buscando, me has hecho creer en el amor, y creeme NADIE me ha echo sentir lo que me estas haciendo sentir a mi.-
Le devolví una sonrisa y lo besé, -gracias por haber sido sincero conmigo-.
No me había enfadado por lo que me había dicho, tarde o temprano iba a hacerlo.
Así que a partir de ahora tengo que convivir con un chico dedicado 100% a su trabajo.
Te quiero, a día de hoy no te has separado de mi ni un momento.
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